La cuestión es, en pleno revival del vinilo y bla bla bla... que se están ofreciendo una serie de productos a cual más cutre en calidad, que entran relativamente por la vista, y de los que hay que huir cosa mala si no queremos que nuestros discos terminen hechos papilla.
Muchos de estos productos vienen con el gancho de tener incluido el puerto USB y ser un medio rápido y eficaz de digitalizar discos (lo cual no deja de ser una contradicción). Vean, vean esta preciosidad en foto y luego lean detenidamente este artículo advirtiendo del peligro.

Y es que manda narices un aparatejo que tienes suerte si te viene con la aguja derecha y luego aplica 6.25 gramos de presión al surco. Los Dual con cerámica al menos venían con brazos decentes y chutaban bien con 4.5 gramos. Jamás me destrozaron un disco.
Otros inciden más en tener un aspecto lo más retro posible, veamos este Crossley estilo pickup portable.

Cierto que pareces ser que lleva una cápsula magnética AT91, pero dejarse los euros en algo así es ganas de gastar. Al menos yo prefiero restaurar algo original.
En otros casos se intenta imitar aspecto high-end... pero los altos vuelos caen en picado en cuanto quitamos el disco y miramos en detalle:



En fin, anímense, anímense a disfrutar de las virtudes de estas maravillas
